lunes, 28 de marzo de 2022

Bajón

 


(Tonecho)


                           "No es que a estas alturas de mi vida (por llamar a esta mierda de alguna manera) me preocupen mucho los problemas, la verdad. Son parte de mí, es más, yo soy uno de ellos. Pero este en concreto, me jode. Toca mi autoestima (a veces la tengo), mi ego intermitente y la fibra sentimental.

 Este cuerpo que Dios me dio, si es que existe (…Dios. El cuerpo está aquí) tiene, de un tiempo a esta parte, el sádico capricho de estar completamente desintonizado con mi mente en los escasos momentos sexuales que intento disfrutar.

  No amiga. No es culpa tuya, en absoluto. Bueno, si tiene cierta culpa tu cálida desnudez de que ahora este jodido, pero no de que esto falle (y no folle). Aún en el improbable caso de que tu cuerpo hubiese defraudado a mi mirada, quedaría el tacto (…ah, la piel), infinitamente más sabio que la vista, paciente y hermosa amiga.

 ¿La edad? No creo. Los de arriba pretenden que dure sano hasta los sesenta y siete; y esta gentuza no suele equivocarse con sus putas estadísticas.

 El alcohol y el tabaco descartados. No recuerdo haberlo hecho nunca sin mis dos fieles compañeros. Quizá en mis primeras ofrendas a Onán, no sé.

 Podría influir el distanciamiento entre relación y relación que por culpa de mi carácter tan sociable y dejadez sufro últimamente, pero aún así, desde que era un chaval (breve, pero intenso), nunca he compartido la opinión del sexo con frecuencia (la belleza no debe ser frecuente, se convertiría en vulgar) Hay que coger (bien dicho) las cosas con ganas. Tampoco distanciarlo en exceso, que si no corremos (…) el riesgo de irnos antes de entrar.

 Pero lo mejor será olvidarse, cambiar de tema, disfrutar de tu presencia (cúbrete, por favor), y recorrer, al ritmo de la música y tus latidos, las zonas más erógenas del alma. Creo que te quiero."