Bajón
(Tonecho)
No es que a estas alturas de mi vida (por llamar a esta
mierda de alguna manera) me preocupen mucho los problemas, la verdad; son parte
de mi; es más, yo mismo soy uno de ellos. Pero este en concreto, me jode. Toca
mi autoestima (si, a veces la tengo), mi ego intermitente y la fibra
sentimental.
Este cuerpo que Dios me dio, si es que existe (...Dios. El
cuerpo aquí esta) tiene, de un tiempo a esta parte, el sádico capricho de estar
completamente desintonizado con mi mente en los escasos momentos sexuales que
intento disfrutar.
No. No es culpa tuya, en absoluto. Bueno, si tiene cierta
culpa tu desnudez de que ahora este jodido, pero no de que esto falle (y no
folle). Aún en el improbable caso de que tu cuerpo hubiese defraudado a mi
vista, con cerrar los ojos y tocar, tema zanjado. Que va, no es eso; paciente y
hermosa amiga.
¿La edad? No creo. Tengo cuarenta inviernos, y pretenden que
mi maquinaria dure hasta los sesenta y siete( esa gentuza no se suele equivocar
con sus putas estadísticas)
El tabaco, me dirá algún gurú de la salud; ¿pero?, si yo
ya fumaba cuando me empecé a hacer pajas
(ah....esos posters de Madonna). Imposible, no encuentro la relación nicotina-
sexo (…además, me gusta tanto rubio como negro, no hay incompatibilidades).
El alcohol ni lo menciones, es vaso- dilatador, y la verdad,
no recuerdo haber follado nunca sin copas…quizás algún eventual polvo mañanero,
y ni eso, creo yo (…si, bebo mucho).
Podría influir el distanciamiento entre relación y relación
que por culpa de mi carácter y dejadez sufro últimamente, pero aún así, desde
que era un chaval (…breve, pero intenso), nunca he compartido la opinión del
sexo con frecuencia y sistematizado. Niet. Si comiese percebes a diario me terminarían
aburriendo. Hay que coger (…otra vez bien dicho) las cosas con ganas. Tampoco
distanciarlo en exceso, que si no corremos (…) el riesgo de irnos antes de
entrar.
Quizás lo mejor sea olvidarse, cambiar de tema, disfrutar de
tu presencia (...cúbrete, por favor), y recorrer, al ritmo de la música, las
zonas más erógenas del alma. Creo que te quiero.