miércoles, 13 de abril de 2011

Estertor




                    Llegado a éste punto, es sencillo. Rebosa el vaso de la angustia cuando se baja el último escalón de las desgracias. Ella te dejó. Se fue cansando de tu autodestructiva manera de encajar los problemas, y se niega a acompañarte más en tus desdichas. Ahora, sólo en tu caos, apenas ves una salida; quizás la única que existe. Un adiós a todo.


Sentado en el sofá apuras a grandes tragos una botella de ponche, entre cigarro y cigarro. De fondo, suena ese disco que tanto te recuerda a ella, que tantas veces escuchasteis juntos, tras hacer el amor. Lágrimas, nicotina y ese amargo sabor en la garganta que dejó el cóctel que acabas de tomar. Si. Dos tubos de valium deben bastar para finiquitar tu vida, y mezclados con ponche, que no es capricho, ni siquiera tu bebida favorita, más aún. El alcohol transporta veloz cualquier sustancia, y el azúcar retiene bien los líquidos. Así, el veneno no se suda. Cierto; en lo que duró ese trago reuniste todo el valor que te faltó en la vida para abrazarte antes de tiempo con la muerte. Paradójico, humano, y triste.


El tiempo, caprichoso, parece eterno cuando se sufre. Los escasos minutos que te separan de la parca se vuelven infinitos. Tus ojos se cierran de cansancio, mientras los brazos comienzan a pesar. De pronto, oyes una llave. ¿Qué ocurre? La puerta de la calle se abre y… ¡Es ella! ¡Ha vuelto!

Parada bajo el dintel, sus ojos azules se clavan en los tuyos, quieres hablarle, pero la droga te lo impide. ¿Como decirle que se apure, que te mueres, que apenas queda vida en tu cuerpo? Ahora el tiempo corre, el muy cabrón.

La ves que se adentra para coger algo de la cómoda. Es una agenda. Te la enseña sin acercarse, mientras dice, con el tono seco y la mirada dura, casi de desprecio:

- Se me había olvidado esta libreta. Adiós. Sigue con tus borracheras.

Tras el portazo, se cierran también tus pulmones y tus ojos, mientras se abre tu boca, ya muerta, sin hablar. Hasta tu último aliento ha sido una tortura. Pobre desgraciado.