Escucha amigo ¿me oyes? Acércate al papel un poco más; soy
yo.Casi puedo ver tu cara en este momento. Lastima que nuestra
relación, aún conociéndonos perfectamente, no sea física. Ésta camina entre el
recuerdo, la imaginación y el sentimiento, con una alta dosis de sueños y
deseos frustrados. Tan solo nos separa un traslucido papel, pero me conoces
bien ¿Quién podría sino estar rellenando este espacio en blanco desde el otro
lado, ese que tú no ves? Soy yo, el de siempre ¿Cómo presentarme? Tengo tantos
nombres. Me has dado tantas identidades. ¿En cuantos entornos y situaciones
habré estado? Ah, si yo te contara las
crisis existenciales que tuve en un principio; pero eso fue hace tiempo, después
me acostumbré y asumí este rol de prolongación de tu carácter; del fruto de tus
sueños e inquietudes.
A veces soy producto de tus miedos, querido autor, otras,
las menos, de tus magnificas locuras. No te lo reprocho, es más, te entiendo, o
eso intento.
A decir verdad, me sorprendes. Jamás se qué me tienes
deparado. Un inexplicable suicidio, un asesinato fortuito; de vez en cuando soy
un loco, o un simple desesperado sin final. De tu mano conozco todas las
edades. Cambio de sexo con gran facilidad, de raza e incluso de especie. Me has
hecho vivir buenas y malas situaciones. Conozco el amor y el desamor de igual
manera. Puedo sudar, llorar o reír como un idiota. Incluso romper la baraja de
repente, cuando rozas la esencia de tu anhelo más oculto y me imprimes un
carácter superior.
Cierto; gracias por mi agitada pero intensa vida. Por tantas
muertes y resurrecciones, por los momentos, por los recuerdos de mi que a veces
grabas en la memoria de quien te lee y me acompaña en mi aventura o desventura.
A ti tampoco te va mal, supongo. Mientras rellenas folios tu
mente se despeja, tus sueños toman vida y el alma queda limpia, o al menos
relajada. Soy tu desahogo.
En paz estamos, pero una cosa si te pido, te ruego, te
exijo: No permito tu apatía.
Si me has dado vida, creador, no te relajes ni acomodes, no
te dejes morir. Recuerda que no eres el único que teme el papel blanco. Más
motivos tengo yo, te lo aseguro.
Dependo de ti, de tu
inspiración, de tu moral, de tu esfuerzo. Crear, amigo, también es compromiso.
¿Has visto que manera de expresarme utilizo por momentos? Se me debe haber pegado tu pretenciosa manera de escribir.
Una última cosa; deja ya de quejarte de tu Dios, no lo
maldigas; en cierto modo sois iguales. Por cierto, escribe tú el titulo.
11 comentarios:
Brillante, sobre todo en los últimos párrafos, en los que aflora cierta sinceridad.
Bueno, aún se podría rizar más el rizo. Imagina: de la misma manera que yo agnóstica convencida no creo en Dios..., ¿y si mis personajes dudaran de mi existencia?
muy bueno Castelo, mira que llegamos a elucubrar sobre este tema y es que es apasionante.
Un abrazo.
Cuando leemos a los autores, nos dejamos atrapar por las historias, las hacemos nuestras, las personalizamos. De igual manera lo ha hecho tu relato. Muy bueno, amigo Castelo. Un abrazo
¿Sabes cómo lo veo yo? pues yo creo que el escribir sirve para desahogarse. Es como algo terapéutico. Escribes en primer lugar para tí, sin pensar en quién te lea o te deje de leer y lo que puedan interpretar de tus palabras escritas. Escribes para tí y eso es importante. Para mí lo es. Es sano el escribir. Te libera y eso purifica tu alma, creo yo. Además, ordenas tus ideas, te centras, etc...
Todos tenemos muchas personalidades y sin embargo, eso no quiere decir que seamos unas personas falsas. Las circunstancias que nos rodean son las que marcan nuestros distintos modos de comportarnos. Cómo dice una prima mía: Unas veces somos ángeles otras diablos pero seguimos siendo yo. Pues eso mismo.
Lo de tener varias identidades, es normal en la gente que escribe. Uno se tiene que meter y adquirir la personalidad de su personaje, al igual que los actores. Referente a lo de cambiar de sexo con gran facilidad.... yo sé un poquito también de eso jejejeje. Ayyyyyy mi Manolete, Manoleteeeee cuanto le echo de menossssss jejejeje
Un saludo y feliz domindo Caste.
Qué texto más lindo Caste, tienes razón sí, la inspiración, la moral, es esfuerzo... todo eso hace que creemos, que soñemos, que inventemos historias de las que nos gustaría ser partícipes, otras no, pero a fin de cuentas estamos vivos y juntamos palabras para formar sensaciones.
Buenísimo.
Somos libres cuando escribimos (en cierta manera) pero lo seremos más si nos olvidamos de nosotros, si perdemos el miedo del qué dirán, qué pensaran, si creeran que es lo que contamos, nos sucedió.... si nos desprendemos, entonces sí que podremos plasmar mejor y con menos perjuicios, seremos libres y construiremos las historias que queramos... escribir para nosotros, por que sí, por terapia, por ordenar las ideas como alguién te comentaba... porque sino lo plasmamos, no existirá...
Inventar, soñar, vivir, recordar, amar, llorar.. SENTIR y hacer sentir al quién te lea... eso es maravillo ¿verdad?
Ya me dejastes soñando jejeje!
Feliz domingo...
Estos papeles son unos frescos. Les das un poco de confianza y se te suben a la chepa. Los tienes guardados en un sitio limpio y fresco, los mimas, y, a las primeras de cambio, te tutean como si ya hubieran comido contigo en la misma mesa. Cría cuervos...
Por eso yo ya no uso papel (directamente me lavo, jajajaja).
Como siempre, espectacular, amigo.
Saludos.
Pues yo creo que en el momento en que empezamos a escribir nos hacemos esclavos de nuestros propios relatos. Está claro que éste se te está sublevando. Dale caña, Caste.
Muy original.
Lejos de encontrar alguna lectura o interpretar lo que nos cuentas, me quedo con la forma, un lenguaje preciso, exacto, que deja volar al autor y arrastra al lector.
Como dice Huésped, brillante.
Un abrazo Cas.
Ha sido leer y entrarme ganas de escribir, una pena que ahora no ande con tiempo para ello, gran texto aunque no sé si felicitarte a ti o quien esté detrás de la hoja en blanco. jeje
¡¡Ah!! ¡¡Y cómo me identifico yo con esos reproches que hace "la creación"!!
Siempre nos das pequeñas lecciones,mi querido Caste.
Besote. :)
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